Cursillistas aplauden al presentar el obispo O'Connell con una camiseta de agradecimiento como regalo de parte de  la comunidad del Cursillo.  
Foto por Rich Hundley
Cursillistas aplauden al presentar el obispo O'Connell con una camiseta de agradecimiento como regalo de parte de la comunidad del Cursillo. Foto por Rich Hundley
Ángel Corredor compartió un mensaje llamativo para los fieles reunidos para la Misa bilingüe del Cursillo.“Cada ministerio, cada uno, en la Iglesia tiene una razón, por la cual todos tenemos la misma fundación – Jesucristo”, dijo Corredor, uno de los directores laicos del Cursillo hispano. “Es una fundación que nunca se quebrará”.
Galería de fotos: Obispo celebra Misa con comunidades del Cursillo
La comunidad del Cursillo reunida el 26 de octubre en la Catedral Santa María de la Asunción, Trenton, no paraba de sonreír por la Misa celebrada por el obispo David M. O’Connell, C.M. Fue la segunda vez que los movimientos del Cursillo en inglés y en español compartieron una Misa bilingüe diocesana.
“Este [movimiento] es un gran tesoro y un orgullo grande de nuestra Diócesis. ¡De colores”! dijo el obispo usando el refrán del Cursillo que refiere a una vida realizada en la gracia de Dios.
‘Uno en fe’
Concelebrada por sacerdotes de la Diócesis, la Misa incluyó música en inglés y español, y palabras inspiradoras de ambos Corredor y el padre Arian Wharff, el homilista de la Misa. Una recepción se llevó a cabo después de la Misa con música latina en vivo.
 Corredor comparó el estado actual de la Iglesia con un edificio. “En cada edificio que se construye, algún ladrillo cae – y depende de nosotros recoger el ladrillo y ponerlo de nuevo en su lugar”, dijo. “Estamos aquí en la fe y estamos vigilando; nunca lo vamos a dejar caer”.
El padre Wharff,  vicario parroquial de la Co-Catedral San Roberto Belarmino, Freehold, notó en su homilía la hermosura de encontrarse “entre hermanos y hermanas que hablan el mismo idioma, que se encuentran en la misma página, que creen la misma experiencia. … Me asombra vernos juntos aunque estemos de pasados diferentes, familias diferentes, historias diferentes. Esta tarde somos uno – uno en fe, uno en esperanza [y] uno en el Espíritu”.
El padre Wharff urgió a los presentes a buscar ese mismo Espíritu Santo con que se encontraron al unirse al movimiento del Cursillo.
“Para vivir según el Espíritu significa entregar nuestras mentes y corazones a Dios – cambiar quienes somos, nuestra perspectiva de vida, comprender nuestro contexto humano”, explicó. “¿Está activo el Espíritu en tu vida? ¿Estás creando espacio y campo para que el Espíritu pueda mover y cambiar tu vida, cambiar tu mente y cambiar tu corazón”?
El padre Wharff también enfatizó la necesidad de escuchar uno al otro en la comunidad cristiana. “Tu hermano y tu hermana tienen algo que decir, tienen algo que enseñarte”, dijo, “porque el Espíritu Santo está actuando dentro de ellos también. A veces nos cuesta escuchar a nuestros hermanos y hermanas – pero así es cómo Dios trabaja. … Hoy es el día, ahora mismo es el momento en que Dios quiere actuar dentro de ustedes, a través del movimiento del Cursillo”.
Corredor explicó que la Misa no solamente marcó el principio del año para el movimiento del Cursillo sino que también marcó la continuación de unir a ambos grupos del Cursillo, el anglo y el hispano. El 7 de junio, cientos de ‘cursillistas’ de todas partes de la Diócesis se unieron para una Misa en la Co-Catedral San Roberto Belarmino, Freehold.
“Nos estamos uniendo para poder ayudar unos a otros”, dijo Corredor. “Esta Misa significa que esa unión cambia porque nos hacemos una comunidad más grande ahora, como cursillistas. Estamos más capaces de entendernos, de estar juntos en el nombre de Dios”.
Llevar a otros a Cristo
El movimiento del Cursillo tiene sus raíces en España en los 1940 y empieza con una experiencia de tres días. Se organizó en los Estados Unidos como un movimiento durante los 1960 cuando incorporaron el idioma del inglés. Formaron un secretariado nacional en el 1965 y se unió como parte de la Conferencia de Obispo Católicos de los Estados Unidos a través de un intermediario oficial. En el 1980, el movimiento del Cursillo estableció una oficina internacional mundial con sedes en docenas de países. El Santo Sede lo reconoce como una de las organizaciones católicas internacionales del Concilio Pontífice por los Laicos en Roma.
Se expresa la frase “de colores” como un saludo y afirmación dentro del movimiento del Cursillo. La frase transmite la esperanza de que el recipiente esté “en la gracia de Dios”. Se suele cantar la canción famosa “De Colores” en los momentos del Cursillo y, de hecho, fue el canto de clausura de la Misa con el obispo O’Connell.
Kathy Tucker, líder laica del Cursillo y feligresa de la Parroquia Santa Rosa de Lima, Freehold, dijo que el movimiento se basa en la amistad.
“Nuestro lema es ‘hacer un amigo, ser un amigo, llevar a ese amigo a Cristo”, dijo. “Nosotros coordinamos los fines de semana del Cursillo durante todo el año. Primero, buscamos hacer un amigo, entonces, trata de llevar a ese amigo a Ultreya – una reunión de grupos de cursillistas”.
Tucker explicó que su Ultreya se reúne dos veces al mes y que otros pueden reunirse con más o menos frecuencia. “Participamos en una liturgia y cantamos y compartimos nuestro ‘estudio en acción’, que es nuestra metodología”.
Ella dijo que tener a los dos grupos culturales con el obispo “nos ayuda unirnos. Aprendemos, podemos hacernos amigos… Estamos intentando hacer que crezca”.
“El Cursillo es un movimiento maravilloso”, atestiguó Theresa D’Andrea, feligresa de la Parroquia San Dominico, Brick. Ella ha sido cursillista desde el 2011. “Yo creo que une a la gente tener al obispo para la Misa y tener el compartir después”.
D’Andrea asistió con su hermano, Joe Wochna, feligres de la Parroquia San Aloysio, Jersey City, quien asiste a Misa los fines de semana en la Parroquia Santa María, Barnegat.
“El Cursillo une a la gente”, dijo Wochna. “Hoy, ir a Misa con el obispo y rezar fuertemente a Dios – es importante”.